Paradoja e impotencia por multitudinario recital en La Cumbre
En lo que sigue marcando un perfil indefinido sobre la aplicación de las restricciones pandémicas en el éjido municipal, La Cumbre continúa viviendo situaciones extremas de permisividad y prohibición.
En esta ocasión, un evento contaba con la habilitación municipal como para albergar 250 personas como máximo, en una especie de almuerzo con espectáculo al aire libre en un predio camino a Cuchi Corral, culminó a raíz de la publicación de imágenes en las redes, en una nueva prueba de “vista gorda” del control municipal.
De todos modos los inspectores realizaron un acta haberse incumplido
el distanciamiento exigido en el protocolo de bioseguridad y el uso de barbijo, y lleva fecha del sábado 31 de julio, referenciado sobre el complejo Punta de Piedra, donde actuaron Patricia Sosa, Lito Vitale y Juan Carlos Baglietto. Irónicamente, estos mismos artistas habían participado del homenaje que el Gobierno Nacional le brindó a los muertos por la pandemia del coronavirus.
La indignación, entre los habitantes cumbrenses, parte sobre una política de vara indistinta en la aplicación de las restricciones sanitarias, que prácticamente bloqueó por momentos el ingreso a la localidad, y simultáneamente el no detectar, o permitir fiestas multitudinarias bailables de jóvenes.
Este accionar, de favorecer a personas amigas o parientes del entorno público, no es nuevo: durante años el municipio brindó protección legal a un establecimiento nocturno en una construcción de techo de paja y telas, que violaban probadamente todas las ordenanzas de seguridad vigentes.
En definitiva, las luces y la fama continúan cegando e inmovilizando a quienes deben controlar la ley.
Compartimos la nota al Intendente Pablo Alicio realizada por Sergio Cepeda, gentileza de Canal 11 - La Cumbre.