Lucas y su ilusión de volver a jugar
By Redaccion Rugby Full

Lucas Gribaudo es desde principio de temporada el entrenador de Conas de Villa Giardino. Después de jugar tres años en Tala entre 2010 y 2012, volvió a su club de origen para debutar en Primera División, pero un crecimiento congénito de un sobrehueso en la cadera le impidió continuar. Ahora se operó y espera con ansias poder retornar a las canchas. Y en su convalescencia escribió una carta que conmovió al plantel y que fue compartida con Rugby Full. A continuación, las emocionantes líneas.

“Buen díaaaa, estos días anduve con ganas de escribir y me salió esto, el título es……….. “La ilusión de volver”………… Volver a jugar al rugby, una ilusión que sólo la conoce aquel que alguna vez tuvo la suerte de tocar una ovalada.
Todo es hermoso hasta que la posibilidad de jugar a este maravilloso deporte se te escurre entre los dedos, por una cuestión donde la incidencia sobre ella es nula, una cuestión congénita, ahora la pregunta es: ¿se puede sobrellevar esta noticia, se puede seguir adelante con lo que significa el rugby para nosotros? Bueno, yo sí pude, y les comento cómo. Recibí y acepté una propuesta del club que me vio crecer como jugador, una propuesta donde el mayor cargo como entrenador en la mayor categoría del club te pertenece, y no exigí nada a cambio, sólo la experiencia y la respuesta de ellos, “los jugadores”, que además de jugadores, son padres, profesores, trabajadores, alumnos, etc. Y donde cada uno de ellos tiene una trama diferente, y con esa trama tejí parte de esta historia.
Empezamos en febrero, y el vínculo con el rugby que se me había manchado por esta lesión parecía revivir como si yo fuera parte de ese pequeño plantel de jugadores. Me aferré mucho más cuando me di cuenta que el cargo que había asumido , además de ser un trabajo era un DESAFÍO, desafío que mezclaba a un novato Profesor de Educación Física con resultados que, con el paso del tiempo, fueron más que visibles. Pero volviendo a ellos, tuve que analizar cada queja, cada propuesta, cada aporte para que ellos se sintieran conformes y cómodos con lo que estaban haciendo y así poder mantener un grupo que al principio pareció estar históricamente destinado, pero terminó siendo otra cosa, un grupo que a través del respeto, la disciplina y las ganas me ayudaron a sobrellevar esas ansias de volver a pisar una cancha, un equipo que aprendió que las discusiones y los enemigos están del otro lado de la calle.
Ustedes fueron los culpables de haberme quemado la cabeza para mejorar sus errores, que a su vez eran míos, también fueron mi pañuelo cuando algunas noches llorar era mi único consuelo. A ustedes les agradezco el cariño y el tiempo compartido por este sentimiento, porque fueron parte de mi aprendizaje y me hicieron más profesional, y más allá de la diferencia de edades afirmo que pondría las manos en el fuego por cada uno de ustedes sin pedir nada a cambio, porque de eso de trata, sino pregunten qué se siente estar a punto de jugar un partido y que de las paredes de tu vestuario se reflejen las caras de tus familiares adornados con una bandera cuatricolor que gritan “esto es más que una camiseta, esta es el club, esta son los amigos, esta es nuestra HISTORIA”.
Hoy les escribo desde una clínica, donde me recupero de una cirugía de cadera, la cual ruego que sea la llave para que el día de mañana vuelva a ponerme una camiseta y volver a compartir una cancha con “ELLOS”
PD: Dentro y fuera de la cancha esos cuarenta tipos nunca va a dejar de ser MIS jugadores. .GRACIAS. Su entrenador..”