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No es ningún secreto, que para esclarecer un ilícito, cada minuto cuenta, y requiere de una acción rápida de los damnificados, de la policía y de la justicia. Aquí en este caso, podríamos decir que se hizo justicia por mano propia, ya que la iniciativa de un grupo de 10 jóvenes, entre los cuales estaban las damnificadas, lograron recuperar los 2 dispositivos iphones una hora después del robo.
Las jóvenes de 22 y 24 años de edad, oriundas de Villa Giardino, se percataron del faltante de sus documentos, 2000 pesos y de 2 celulares que habían colocado en el interior de una cartera, en la madrugada del sábado (6:30) cuando se estaban retirando del interior de un local bailable céntrico de La Falda.
A las 7:30 ya estaban increpando a un joven que trabaja de patovica en el propio bailable, y al cual inicialmente le habían reclamado el robo, y que había reaccionado con total indiferencia.
La evidencia del rastreo satelital gps, lo expuso como autor del robo, y está situación fue interpretada inicialmente como la presunción de una pelea, lo que motivó la presencia de Ojos en alerta en el lugar, e inmediatamente de la policía, ante simultáneamente llamadas recibidas por los organismos denunciando el hecho delictivo.
El hecho de que el patovica de 27 años de edad, fuera interceptado antes de ingresar a su domicilio (a pocos metros del automóvil Club de La Falda) y unos de los jóvenes llamara a celular robado, dejó sin argumentos creíbles de que en su mochila sonará uno de los Iphones, que el ladrón olvidara de apagar luego del robo.
Pero en otros hechos similares de sustracción de dispositivos geolocalizados (un caso en un complejo de cabañas de Villa Giardino), los damnificados no pudieron canalizar las ventajas de recuperación que la tecnología ofrece en forma precisa. Ya que aun suministrando los datos a la justicia, la lentitud e impericia del sistema de protocolo, desencadenó en que a pesar de que durante 5 días el iphone robado de una cabaña transmitieran su ubicación, la jueza de Cosquín no genero la orden de allanamiento. La responsabilidad está compartida claramente por los policías intervinientes en el caso, que le transmitieron a la fiscal que la georeferencia marcaba un baldío, cuando la familia y amigos veían con el Google maps una vivienda de Huerta Grande.
No es un dato menor que en el caso de está madrugada de La Falda, que culminó con la detención e imputación del patovica, también contó con la respuesta temprana del sistema de Ojos en alerta.
Hoy las estadísticas son claras que la irrupción de una especie de policía municipal, no solo está cambiando las posibilidades de esclarecimiento de los hechos, al acoplarse o aproximarse a la velocidad de reacción que es necesaria para contrarrestar la delincuencia, sino que ha motivado mayor eficiencia en la policía local, potenciando y multiplicando la vigilancia de la ciudad.