Responso junto a la familia, bomberos, autoridades y amigos de Gabriel Molina en el interior del cuartel de bomberos voluntarios de La Falda. Adiós Gaby, seguramente nos seguirás cuidando desde el cielo.

Gabriel Molina

El ulular de sirenas,

no convoca a apagar llamas,

los cisternas están llenos,

hoy de lágrimas, no agua,

el Gran Jefe se ha dormido,

Gabriel Molina, descansa.

Cuanto de lucha en su vida,

por cuantas vidas peleadas,

nadie lo hizo por la suya,

él no tuvo camaradas,

enfrentó con hidalguía,

a la más cruel llamarada.

Y como en tantos incendios,

accidentes o avalanchas,

expuso todas sus fuerzas,

haciéndose pata ancha,

sin dudar, retroceder,

él siempre marcó la cancha.

 Muchos daban por perdido,

al Gaby en su cruel batalla,

sin embargo demostró,

muchas veces ignorarla,

ante todo, era bombero

y nada lo acobardaba.

Apoyado en su familia,

contra todo se enfrentaba,

dirigiendo su cuartel,

uno siempre lo encontraba,

era uno entre los suyos,

instruía, aconsejaba.

Con sus formas respetuosas,

no había a quien no agradara,

su humildad era muy grande,

aunque en su pecho brillara,

tanto reconocimiento,

a la vida que entregara.

Era tanta su grandeza,

que al orgullo despreciaba,

siempre al lado de su gente,

codo a codo el estaba,

con sus manos extendidas

y la sonrisa en la cara.

Decidió que era el momento,

de emprender la retirada,

cambió el fuego terreno,

por el Espíritu en llamas,

será el nuevo cuartelero,

del cielo, desde mañana.

    Con profunda admiración y respeto

                  Luis B. Ferrer

                    16/3/2021