02 de Junio de 2016                                                       Texto Extraido del Facebook de Hector Cousilla                          

 

Un grupo de ex bomberos de la ciudad de La Falda agasajaron a doña Rosa Méndez de Farías

 

" ... El día 09 de noviembre de 1969, también motivado por el interés de vecinos y amigos, nacería en esta ciudad, nuestro cuerpo de bomberos. El número 16 en la provincia. Don Orlando Miguel Giordano, Tomás Mac Duff. El Doctor Mario Fernando Cervantes, Tomás Kazmer, Irino Luchetti, Juan Carlos Ottobre, José Alberto García Legaspi, el Padre Ramón Sánchez Torres, Arturo Augsburger y tantos otros, aunaron esfuerzo y tesón para dotar a esta; nuestra ciudad, de un cuartel de bomberos. Nació entonces el Cuerpo de Bomberos Voluntarios “Libertador Gral. San Martín de La Falda”

Doña Rosa Méndez de Farías, o como se la conoce a nivel provincial Doña Rosa la Cuartelera de La Falda; era todo eso y mucho, mucho más. Rosa lo crean o no, era la primera en enterarse de las calamidades que se cernían sobre la ciudad. Era ella la primera en consolar a los afligidos, a los desesperados a los que clamaban por ayuda. Ella con su astucia felina, sabía si era una necesidad o una mala broma, esa llamada a la madrugada......
Doña Rosa, estaba siempre al alcance del teléfono. Eran momentos en los que los celulares ni los inalámbricos existían. Con ella viajaba siempre un bolígrafo y un pedacito de papel, porque ninguna emergencia que se preciara, podía encontrarla desprevenida. Daba lo mismo que regara el jardín, baldeara su casa, higienizara los baños, tomara sol son su hija o nietos o simplemente durmiera plácidamente. Nunca el teléfono sonaría más de tres veces, ella estaba allí, en pié de guerra presta para atenderlo. Y cuidado con arrebatarlo, cuidadito en levantar el tubo. Si estaba ella sería pues, ella quién atendería. Ni siquiera su esposo, Don Farías se animaba a contradecirla. Era ella la cuartelera, nadie más.
Pero Doña Rosa, era más que La Cuartelera, ella misma, por si sola, sin autorización ni decreto. Sin orden de jefatura o beneplácito de la comisión; se había apropiado de un grado. Si, un grado militar. Era para sus bomberos la Generalísima.

.....Porque no tengo duda alguna en el corazón, hay muchas y muchos más que merecen el reconocimiento y ser recibidos como amigos en ese hogar en el que juraron hasta dejar la vida si era necesario, por cumplir con su promesa. Sacrificio, Valor y Abnegación.
Doña Rosa, querida cuartelera, madre, amiga y camarada. Reciba hoy este reconocimiento de parte de todos los que junto a Ud. vestimos el honroso uniforme de Bombero Voluntario. Sepa Dios darle toda la felicidad, salud y bendiciones en los años por venir. Ud. se lo merece.
           Héctor Oscar Cousillas "