Móvil de TDC en vivo en la mañana de este miércoles 13 de octubre cubriendo la visita oficial del gobernador Juan Schiaretti visitó la localidad de Huerta Grande, En el acto se realizó la firma del convenio entre la Municipalidad de Huerta Grande y el Gobierno de Córdoba para la construcción de diez “Viviendas Semillas”, a otorgar vía créditos sociales a 25 años por un monto total de 18 millones quinientos mil pesos y un segundo convenio por un monto de 15 millones quinientos mil pesos para obras que serán destinadas al ingreso norte sobre los laterales de la ruta 38 con distintos trabajos de carpeta asfáltica, desagüe, señalizado e iluminación.

El evento continúa siendo representativo de cambios y reestructuración política en la geografía de Punilla, atrás quedaron los días de amplio liderazgo del Caserismo dentro del justicialismo cordobés. 

Hoy Matias Montoto, como referente de conducción en el departamento, implica a una apuesta del gobierno provincial de recambio generacional de dirigentes, para una gran parte de la población, solo la gestión real es garantía de apoyo y no el origen partidista, tallando el rol e imagen pública de los nuevos referentes como emisario de recursos económicos importantes para las regiones.

Este parece ser el rumbo del concepto esbozado en el discurso de Schiaretti, quien se alineó con la necesidad mediterránea de no confrontarse y lograr mejoras en la sociedad con esfuerzos propios. De fondo se escucharon las protestas de quienes repudian la autovía de Punilla, una discusión que atraviesa un péndulo indefinido y constante el el debate de la urbanización y desarrollo equilibrado de las serranías de Punilla, que como toda controversia social, tiene su arista e impronta político-partidaria.

Transitamos un momento político también bisagra en la provincia, donde la ciudadanía seguramente expresara en las urnas de la elección legislativa de noviembre, a quien consideran los hombres o la línea política más apta para enfrentar un mundo de cambios permanentes y una Argentina que de un modo u otro se aferra a modelos estructurales que la clase política no se anima, o no quiere implementar.