Las autoridades policiales de Córdoba lograron desarticular una sofisticada red de estafas y extorsiones que tenía su centro de operaciones, de forma insólita, en el interior del Establecimiento Penitenciario N° 2, en Cruz del Eje.

La investigación reveló una coordinación entre reclusos y personas en el exterior. Al parecer, tres hombres que ya cumplían condena habrían conseguido ingresar de manera ilegal teléfonos celulares al penal, utilizándolos como herramientas para orquestar los delitos. Desde allí, coordinaban sus acciones con dos mujeres que operaban en la calle, específicamente en la localidad de La Calera, quienes a su vez fueron aprehendidas por hechos delictivos cometidos en esa localidad.

La acción policial se desplegó con una serie de allanamientos que permitieron no sólo la aprehensión de las dos mujeres, sino también la incautación de un arsenal de elementos probatorios y sustancias ilícitas. Entre lo secuestrado, se destacan más de dos kilogramos de cocaína, sustancias de corte, dos motocicletas que podrían haber sido utilizadas en las maniobras, y una gran cantidad de celulares, chips y cartuchos.

En un movimiento simultáneo, las requisas se extendieron al corazón del operativo: el penal de Cruz del Eje. Dentro del establecimiento, el personal de seguridad incautó más dispositivos de comunicación y estupefacientes, confirmando la base de la red dentro de los muros.

Las autoridades mantienen la investigación abierta. Ahora, el enfoque está puesto en determinar las responsabilidades individuales de los cinco implicados y, fundamentalmente, en rastrear posibles conexiones con otros hechos delictivos que podrían estar vinculados a esta organización desmantelada. El caso pone de relieve la constante batalla de las fuerzas de seguridad contra el crimen organizado que intenta operar incluso desde el confinamiento.