Poco a poco, van encontrando la luz y tomando estado público, las serias desavenencias entre los municipios del centro-norte y el gobierno provincial, con respecto a los controles de ruta 38 en tiempo de pandemia.

Recordemos que en el principio de la cuarentena extrema, los municipios, utilizaron todos los recursos humanos disponibles para el control de ingresos y circulación de vehículos y personas. incluso en algunos sumaron ciudadanos voluntarios para poder cubrir con efectividad los horarios de control.

Al resultar oneroso e inviable, ya que cada puesto de control requería de hasta 34 personas cada 24 horas, los municipios plantearon sumar esfuerzos para unificar en 3 puntos estratégicos los controles, Sur ( Molinari), oeste (camino del cuadrado) y norte, (Charbonier, este último más reducido, ya que se complementaba con el puesto del ingreso sur al departamento Cruz del Eje.

Esta propuesta nunca se llevó a cabo, por confrontar con la visión del gobierno provincial, que a través del COE central y el de Punilla, argumentaron que las rutas era potestad y responsabilidad de la policía de la provincia.

Indignación: al retornar el personal municipal a una tarea más interna, lo primero que los intendentes cuestionaron, fue el control liviano de los agentes asignados en la ruta, que permitió casi un ingreso libre desde los 4 puntos cardinales al valle.

Inseguridad: con el correr de los días, (junio-julio) las administraciones municipales, y sus grupos de seguridad ciudadana, comenzaron a verse desbordados en temas de seguridad, por lo que en está última reunión (17 de julio) con el COE, unánimemente solicitaron que la división de la policía   caminera aborde totalmente el despliegue en la rutas de acceso, exigiendo ante los interlocutores  de casa de gobierno, de que no debiliten la seguridad de las zona urbanas, en desmedro de movilizar recursos de las comisarías para en el control vehicular en zonas de accesos viales